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El Estrés: ¿Culpable oculto de tus malestares?


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Dolores de cabeza, indigestión, un cansancio inexplicable…Esas molestias que parecen surgir de la nada pueden deberse a varios factores. Hay un culpable bastante común que tendemos a menospreciar: el estrés.


Muchos pensamos que el estrés “está en nuestra mente”, pero la realidad es que sus efectos sobre nuestra salud física son comprobados - y pueden llegar a ser graves.


Cierto nivel de estrés es parte inevitable de nuestras vidas. 1 de cada 3 personas en el mundo se sienten estresadas, según una encuesta internacional de Gallup realizada en el 2018. Si este estudio se repitiera ahora, a media pandemia, seguramente encontraría niveles aún más altos de estrés.


Lo importante es saber cómo manejar el estrés para evitar que llegue a afectar nuestro bienestar físico y mental. Esto implica saber leer las señales que tu cuerpo te da.


¿Cuánto estrés es demasiado estrés?


El estrés, en esencia, es un conjunto de mecanismos de defensa. Cuando nos enfrentamos a situaciones o pensamientos amenazantes, nuestro cuerpo está programado para reaccionar de tal manera que podamos huir o luchar.


Por ejemplo, nuestros músculos se tensan y las glándulas suprarrenales liberan hormonas como la adrenalina (que acelera la frecuencia cardíaca y nos da energía) y el cortisol (que aumenta el nivel de azúcar en la sangre para que podamos actuar rápidamente).


El estrés puede ser benigno si es leve o pasajero, como cuando estamos viendo una película de miedo, o cuando nos da el empuje que necesitamos para terminar un proyecto a tiempo.


El problema es cuando nuestro cuerpo activa estos mecanismos de defensa muy seguido, con demasiada intensidad, o por periodos muy largos. Suele pasar cuando enfrentamos eventos imprevistos o problemas difíciles de resolver, ya sea financieros, familiares, laborales, de autoestima, u otros.


El estrés agudo severo (a corto plazo pero intenso) y el estrés crónico (cuando dura semanas o meses) pueden ser la fuente oculta de varios problemas de salud. Un nivel continuamente alto de cortisol, por ejemplo, puede causar aumento de peso: esta hormona le dice a tu cuerpo que necesita energía rápida, desatando tu apetito por comidas dulces y grasosas.


Para regular el estrés y evitar sus efectos negativos en tu salud, es importante reconocer sus síntomas.


Signos y síntomas de demasiado estrés


Signos/síntomas en tu cuerpo

  • Dolor de cabeza o migraña

  • Dolor o espasmos musculares

  • Dolor en el pecho

  • Diarrea o estreñimiento

  • Malestares estomacales y gastrointestinales

  • Pérdida o aumento de peso

  • Problemas de sueño

  • Menos deseo sexual

  • Problemas de la piel como acné o eczema

  • Problemas menstruales

  • Cansancio


Signos/síntomas en tu mente y estado de ánimo

  • Problemas de memoria y concentración

  • Falta de motivación

  • Tristeza o depresión

  • Enojo

  • Sensación de agobio


El estrés crónico a largo plazo también puede debilitar tu sistema inmune y aumentar el riesgo a padecer de presión arterial alta, insuficiencia cardíaca, diabetes, y otras enfermedades serias.


¿Cómo evitar que el estrés afecte tu salud?


En Mediclinic creemos que para resolver tus problemas de salud efectivamente, no basta con tomar medicamentos - hay que combatir el problema de raíz. Es por eso que enfatizamos la importancia de aprender a identificar y manejar el estrés, y así evitar que desencadene una serie de efectos negativos en tu cuerpo.


Acá te compartimos tres métodos que a la vez te ayudan a prevenir o controlar otras condiciones y enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión arterial.


Tres formas sanas de manejar el estrés:


1. Duerme bien.

El estrés dificulta el sueño porque pone a tu organismo en estado de alerta, y la falta de sueño contribuye al estrés porque mantiene el cortisol elevado. Romper este círculo vicioso es importante, no solo para sentirte de mejor humor, sino también para evitar que la falta de sueño debilite tu sistema inmune. Una hora antes de dormirte, intenta hac


er algo que te relaje y evita ver tu celular, computador, o TV - la luz brillante le dice a tu cuerpo que es de día y reduce la producción de melatonina, la hormona del sueño. Generalmente, se recomienda que las personas mayores de 18 años duerman al menos 7 horas.


2. Evita el azúcar añadido.

Otro círculo vicioso: el estrés desata el apetito por cosas dulces, y el azúcar dispara los niveles de cortisol - además de causar “bajones de azúcar” que no le ayudan nada a nuestro estado de ánimo. Intenta sustituir las bebidas y alimentos dulces y procesados por comidas “anti-estrés” como el guineo, que es alto en potasio - un m


ineral que desgastamos cuando estamos estresados - y rico en vitaminas B, que ayudan a calmar nuestro sistema nervioso.


3. Haz ejercicio de baja intensidad.

El ejercicio es ideal para desahogarte y levantar tu ánimo: activa la serotonina, una hormona que nos hace sentir contentos, y reduce los niveles de cortisol. No tienes que correr media maratón - muchos estudios indican que el ejercicio de baja intensidad, como las caminatas o el yoga, son igual o aún más efectivos para combatir el estrés.


Es importante hablar de tus problemas con alguien cercano o con un profesional. Si te está costando combatir el estrés, y sientes que te está afectando físicamente, acércate a nuestras clínicas para una consulta general. Nuestros médicos te ayudarán a identificar las causas de tus malestares y a encontrar los medicamentos y hábitos que necesitas para sentirte mejor.



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