Los problemas digestivos son tan comunes, que muchos estamos acostumbrados a lidiar con ellos sin la ayuda de un médico - recurriendo a los laxantes, antiácidos y medicamentos digestivos.
Pero antes de abrir ese botiquín debes saber que:
La automedicación puede ayudar a aliviar tus síntomas, pero no resuelve el problema de raíz
Síntomas que parecen cotidianos - como la diarrea, el estreñimiento, el dolor abdominal y la acidez - pueden indicar o generar problemas más serios, sobretodo si estos malestares son recurrentes
Varias enfermedades digestivas se manifiestan de manera similar. Muchas veces se necesitan pruebas de laboratorio e imágenes para llegar a un diagnóstico y tratamiento acertado.
A continuación te detallamos algunos problemas digestivos que fácilmente podrían confundirse por otros y te explicamos las diferencias. Si sufres de problemas digestivos, nuestros médicos te ayudarán a identificar y tratar el problema de raíz.
El aparato digestivo está compuesto por el tubo digestivo (esófago, estómago, intestinos grueso y delgado), el hígado, el páncreas y la vesícula biliar.
¿Gastritis o reflujo gastroesofágico?
La gastritis implica una inflamación en el revestimiento del estómago, mientras que el reflujo causa irritación en el esófago (el tubo que conecta la garganta con el estómago) cuando el contenido gástrico del estómago sube. Sin embargo, ambas se manifiestan de manera similar.
Síntomas: Tanto la gastritis como el reflujo gastroesofágico pueden causar dolor o ardor en la parte superior del abdomen y náuseas luego de haber comido. En algunos casos, el reflujo puede causar tos, dificultad al tragar, y cambios de voz.
Causas: Ambas enfermedades pueden ser agravadas por el estrés, el alcohol, las comidas condimentadas o grasosas y el consumo frecuente de analgésicos. A diferencia del reflujo, la gastritis muchas veces es causada por una bacteria llamada Helicobacter Pylori (H. Pylori). Si los medicamentos contra la acidez no te alivian del todo, puede ser que necesites un tratamiento contra la bacteria H. Pylori.
Complicaciones: Si tienes reflujo (acidez o agruras) dos veces por semana o más, puede que hayas desarrollado la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERG) - una forma más grave de reflujo que a la larga puede causar úlceras en el esófago o condiciones pre-cancerosas como el esófago de Barrett. La gastritis crónica mal tratada puede causar úlceras y aumentar el riesgo de cáncer de estómago.
¿Reflujo o cálculos en la vesícula biliar?
Los síntomas de la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERG) pueden llegar a confundirse con los de los cálculos biliares. Diferenciarlos es importante: si tienes ERG, los medicamentos contra la acidez y cambios alimenticios pueden curarte, pero si tus malestares son causados por cálculos en la vesícula, puede que necesites cirugía.
Síntomas: Ambas enfermedades causan dolor abdominal, el cual puede intensificarse después de comer alimentos grasosos y pesados. Si tienes ERG, el dolor irradia hacia la garganta, y puede también surgir de la nada a media noche. Cuando el problema proviene de cálculos en la vesícula, el dolor suele concentrarse en el lado superior derecho del abdomen, irradiando hacia tu hombro y espalda. Otros signos indicativos de cálculos biliares son: fiebre, náuseas y vómito, y color amarillento en los ojos y piel (signo de bilirrubina alta).
Causas: El sobrepeso, la mala alimentación, el tabaquismo y un estilo de vida sedentario son factores de riesgo para ambas condiciones. Aunque mantener un peso sano es recomendable, ten en mente que perder demasiado peso en poco tiempo incrementa tu riesgo de desarrollar cálculos biliares.
Diagnóstico y tratamiento: Si presentas síntomas de cálculos biliares, tu médico te indicará una ultrasonografía de la vesícula. Ten en mente que la presencia de cálculos en la vesícula no siempre es dañina. Antes de recomendarte una cirugía para extraer la vesícula, tu médico evaluará si tus síntomas son causados por los cálculos detectados o por otros problemas digestivos. Si lo que tienes es ERG, puedes curarte con hábitos sanos y otros medicamentos recetados por tu doctor.
Complicaciones: La ERG, además de afectar tu calidad de vida, puede aumentar el riesgo de desarrollar úlceras y cáncer en el esófago. Los cálculos en la vesícula pueden causar pancreatitis e ictericia (bilirrubina alta).
¿Colitis, IBD o intestino irritable (IBS)?
La colitis es una inflamación en el revestimiento del colon (intestino grueso). El síndrome de intestino irritable (IBS por sus siglas en inglés) se caracteriza por movimientos anormales en los músculos del intestino. El IBS afecta el funcionamiento del colon, pero, a diferencia de la colitis, no causa inflamación ni cambios en el tejido intestinal.
Causas: Hay varios tipos de colitis con causas distintas. Las más comunes son la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, dos tipos de enfermedad inflamatoria intestinal (IBD por sus siglas en inglés). Las causas exactas, tanto del IBS como del IBD, se desconocen. Es importante saber que aunque tu dieta y estilo de vida pueden agravar los síntomas de ambas condiciones, no son su causa.
Síntomas: Tanto la colitis ulcerosa como el intestino irritable pueden manifestarse con diarrea, retorcijones, estreñimiento, gases y/o dolor abdominal. Dos signos que indican colitis ulcerosa son la presencia de sangre en las heces y la anemia.
Diagnóstico: La colitis ulcerosa causa cambios en la apariencia del intestino, por lo que puede confirmarse un diagnóstico por medio de imágenes y otras pruebas. El IBS afecta el funcionamiento del colon pero no causa cambios visibles en él, por lo que no existe una prueba para diagnosticar definitivamente el IBS. Tu médico se valdrá de varios exámenes y antecedentes para descartar otras afecciones, como la enfermedad celíaca.
Complicaciones: Como todos los problemas digestivos crónicos (prolongados), la colitis y el IBS pueden disminuir tu calidad de vida y afectar tu estado de ánimo. La colitis puede llegar a tener complicaciones más serias, pues afecta la habilidad del intestino de absorber nutrientes, aumentando el riesgo de problemas como la anemia o la falta de crecimiento en niños y adolescentes. El IBD y la colitis elevan el riesgo de padecer cáncer de colorrectal.
Si padeces de problemas digestivos muy seguido, no importa que tan leves sean, es mejor que visites a un médico para encontrar y combatir la causa. Agenda una consulta en MediClinic por solo $10 (presencial o por videollamada).
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